Niños en peligro
En los últimos tiempos la palabra bullying y su significado recorren las páginas de las principales publicaciones globales que, actualmente se atreven a exponer casos de acoso o abuso que sufren los niños principalmente en su etapa escolar. Pero atacar un mal que ha existido desde hace mucho tiempo requiere mucho más que artículos o estudios. Amerita un compromiso que debe ser asumido por todos los padres, abuelos o tíos que puedan tener un niño en la familia que pueda ser víctima o victimario en situaciones de acoso escolar -que es el más común-.
Escuchar y observar se convierten en dos herramientas prácticas que pueden aportar grandes avances cuando ocurra un caso de este tipo. Normalmente el joven abusado difícilmente hable con los padres por temor a represalias o por no angustiar, no obstante, hay situaciones donde por ejemplo, un niño puede comentarle al padre que, «en el salón se burlan de un niño por que aparenta ser nerd o gallo, o por ser amanerado» -las tradicionales-.
La respuesta de algunos padres a veces puede ser la siguiente: «no se burle ni se meta cuando le hacen eso a ese muchacho (a)», una posición que deja la puerta abierta para que el abuso siga ocurriendo. En el caso de los familiares del victimario y sin necesidad de ser psicólogo lo más conveniente es que asuman con preocupación y compromiso la conducta de sus hijos, ya que en muchos hechos similares los jóvenes culminan en caminos lamentables. La confianza en los pequeños es vital para protegerlo o actuar en caso de que pueda sufrir un hostigamiento a temprana edad. Aunque parezca lejano una situación de este tipo no es lejana de nuestro entorno, como bien indica la campaña, el bullying no es juego y de nuestra atención y contribución podremos evitar que un joven sea marcado de por vida en una edad de tanta indefensión.
Foto: amandalyndorner